No se ha perdido la esperanza en la
UASD.El verbo permanece como atributo
trascendente. Miradas y manos han encontrado, derrotando la soledad.
La cátedra se descubre, apenas se
ve, pero está ahí, clamando por ser ocupada.
El encanto de la asociación ha
obrado para unir, crear confianza, recuperar la credibilidad clarificar
conciencias e iluminar sentimientos.
A tiempo se ha reflexionado de que
la luz no esta al final del túnel, sino en quienes transitan por el.
La Academia celebra, está feliz, ha
engendrado, ya no desaparecerá, lo nuevo se mueve, cruzan los destellos.
Seamos parte de
la Historia.